Dinamarca apuesta por una idea revolucionaria y sostenible que de salir adelante la convertiría en el primer país del mundo en contar con sello público de impacto climático de los alimentos. Se trata de ayudar y aportar fiabilidad a los ciudadanos para que puedan elegir aquellos alimentos más sostenibles que son más respetuosos con el medio ambiente.

Así mismo, la etiqueta también pretende impulsar la producción de alimentos en una dirección más ecológica y respetuosa con el medio ambiente, ayudando a contribuir a alcanzar los objetivos mundiales de la ONU, en especial el objetivo 12 (Consumo y producción sostenibles).

La información que mostrarán estas etiquetas son el consumo de tierra y agua, el ciclo vital de los productos, la emisión de gases de efecto invernadero y la huella de carbono originada por el transporte de los alimentos.