Esta semana celebramos el “Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos”, promovido por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Un llamamiento para reducir la pérdida y desperdicio de alimentos, siendo necesario que gobiernos, empresas, instituciones y la población en general, realicen mayores esfuerzos para evitar este grave problema, ya que reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos es una vía poderosa para fortalecer la sostenibilidad de los sistemas alimentarios y mejorar la salud del planeta.

Un 14% de los alimentos que se producen en todo el mundo se pierden en su recorrido del campo a la mesa, por otro lado, un 17% de los alimentos producidos son desperdiciados. El coste de un alimento que se pierde o desperdicia es mucho mayor de lo que pueda parecer, ya que hay que añadir los recursos que han sido necesarios para producirlos, tierra, agua, energía, horas de trabajo, etc.

Desde empresas, distribuidores, agricultores, gobiernos hasta consumidores deben prestar atención pues entre todos se pueden llevar a cabo acciones que darán como fruto la reducción del hambre en el mundo, la mejora de la seguridad alimentaria, la reducción de residuos y la liberación de gases de efecto invernadero.