España siempre ha tenido un papel importante en la exportación de hortalizas tanto en el mercado europeo como en el mercado internacional, y ahora más que nunca. Los invernaderos del sur de la península producen 4,5 millones de toneladas de hortalizas y abastecen a más del 47% del mercado interno y al 50% de los mercados europeos, llegando a superar el 60% durante los meses de invierno, cuando la producción continental no es viable debido a las bajas temperaturas.

El sur de España es un gran ejemplo en la gestión sostenible de los recursos naturales, donde los invernaderos únicamente suponen el 3,4% del territorio de la provincia mientras que un 50% son espacios naturales protegidos, prescinden de energía fósil, ya que utilizan una fuente de energía renovable e inagotable como es el sol, ahorran agua, reducen el uso de fitosanitarios y absorben C02.

La pandemia hizo mella en los hábitos de los consumidores, que han derivado hacia una alimentación más sana y saludable basada en productos ecológicos y orgánicos. Este cambio de hábito se dejó notar en las exportaciones de frutas y verduras aumentando hasta un 3,6% y un aumento del 12% en el consumo de alimentos orgánicos.